Identidad del Perú
Sobre PerúIdentidad peruana, raíces incas
La identidad es una necesidad
básica de todo individuo. La peruanidad tiene que ver con nuestra historia de vida y es influida por el
concepto de mundo que manejamos y por el concepto de mundo que predomina en la época y lugar en el que vivimos. La
identidad peruana está vinculada a la
tradición del indígena del antiguo mundo andino, de las comunidades amazónicas,
la tradición africana, la tradición
china-cantonesa, como la tradición española y occidental, la vida y costumbres
italianas, francesas, japonesas, alemanas. Son partes inseparables de la peruanidad.
El asunto de la identidad y la
peruanidad ha sido sumamente conflictivo en la historia social del Perú.
Ciertamente desde la “independencia” del Perú una de las características
constantes del pensamiento y de los proyectos políticos peruanos fue la
negación del pasado y de las tradiciones de Perú como una nación multiétnica en
vistas a instaurar nuevos modelos de sociedad.
Sostener que el incario resume la
historia del antiguo Perú es reducir siglos de ricas culturas y sociedades pre
incas (cimientos básicos de nuestra identidad nacional) a su último período, es
una idealización arbitraria, deforma la propia valía del incario como gran
sociedad avanzada y es asimismo desconocer que hay otros pueblos, como las comunidades
amazónicas, que no se reconocen como sus herederos y que tienen otra génesis,
es pensar con mente imperial o tratar de entubar la historia, a la doctrina.
Ahora bien, en el contexto de las
migraciones y la globalización, estas identificaciones regionales, razas,
etnias e identidad constituyen espacios simbólicos susceptibles de ser modelados
en sus dimensiones y fronteras.
La tradición del indígena del
antiguo mundo andino como la tradición española y occidental son partes
inseparables de la peruanidad. En este contexto se ponen en juego expectativas
que tiene el emigrante peruano sobre la
sociedad de acogida, los Estados Unidos, moviéndose las personas de un sentido
al nuevo contexto social.
En la reconstrucción del concepto
peruanidad e identidad nacional en la diáspora se presenta como una red de identidades
posibles y “virtuales”. La identidad
peruana pierde su centralidad y se des-localiza. Entonces encontramos que
las categorías de identidad étnica nacional relacionada con componentes afro-peruano, indio, andino, amazónico, mestizo y la raza cobriza,
se diluyen.
Tanto el componente andino como el componente afro-peruano trascienden los límites nacionales
peruanos, extendiéndose simbólicamente a un proceso de transculturación y el concepto
peruanidad se redefine. La peruanidad en la diáspora revaloriza la tradicional andina afro-peruana con la tradición española y occidental como parte
indispensable de la identidad peruana y de la peruanidad. A su vez, los
diversos géneros de música producen múltiples efectos y retroalimentan las
construcciones de identidad de la diáspora peruana.
Estas expresiones se reflejan en
la diversidad de las asociaciones étnico-culturales, organizaciones deportivas,
organizaciones culturales, grupos de folclor, música afro-peruana, organizaciones
religiosas, asociaciones departamentales-regionales, asociaciones de
solidaridad y asistenciales que crean identidades fluidas y múltiples,
profundamente apoyadas tanto en la sociedad de origen como en la de destino.
Los flujos migratorios de la
comunidad peruana se caracterizan por la configuración de redes sociales, así
como actividades y patrones que vinculan la sociedad de origen con la receptora.
El transnacionalismo es uno de estos marcos, herederos de la globalización, que
nos permite explicar las características de la redefinición del concepto
peruanidad en el entorno de la globalización de la cultura: el ser peruano en
la diáspora, que no es lo mismo que ser peruano en el Perú.
El espíritu del hombre peruano,
modelado por el arte y la religiosidad, ha dado lugar a una gran creatividad
que se manifiesta en infinidad de formas, ritmos y rituales. Más de 3.000
fiestas populares, 1.500 géneros musicales e infinidad de oficios artesanales
confirman al Perú como uno de los países con más variado folclor en el mundo.
Con estas expresiones, los peruanos se nutren de profundas raíces para
proyectar una alianza inmemorial con la naturaleza y expandir a través de
ritmos y colores su compromiso con la vida.
Hoy, en ellas se mezclan los
sonidos de instrumentos de viento y percusión que provienen de tiempos
pre-incas con otros de más reciente creación, y las danzas más tradicionales,
como la marinera y el huayno, con ritmos más modernos, como el vals criollo y
últimamente la chicha. Esta capacidad para la fusión
musical es la constatación más contundente de una cultura que no admite
purismos excluyentes, que va forjando una identidad colectiva a partir de una multiculturalidad
plena de diferencias de la diáspora peruana.
La diáspora peruana redefine los
conceptos de peruanidad e identidad y reincorpora la tradición cultural en la
diáspora con un elemento de nostalgia de identidad colectiva, incorporando
lo andino, lo afro-peruano, las
tradiciones religiosas de la colonia, la gastronomía peruana como símbolo de la
peruanidad colectiva.
Lo mestizo se ha convertido realmente en una etiqueta cultural. En la
comida peruana se encuentran al menos 5.000 años de historia pre-inca, inca,
colonial y republicana. Y se consideran casi tres siglos de aporte culinario
español, influenciado inicialmente por 762 años de presencia musulmana en la
Península Ibérica, las costumbres gastronómicas traídas por los esclavos de la
costa atlántica africana y la fuerte influencia de los usos y costumbres
culinarios de los chefs franceses.
Igualmente transcendental es la
influencia de los chinos-cantoneses, japoneses, italianos desde el siglo XIX y
otros europeos. El resultado es una excepcional diversidad marcada por la
confrontación y el encuentro de múltiples tradiciones culturales.
Por lo tanto, hay en este
concepto de peruanidad un cruce individuo-grupo-sociedad, por un lado, y de la
historia personal con la historia social, por otro. Los individuos, los grupos
y las culturas tienen conflictos de identidad. Hay una identidad personal y varias
identidades colectivas. No hay un solo “nosotros”, sino varios, no excluyentes,
sino superpuestos en la unicidad de la persona.
La identidad distingue nuestro
colectivo de otros, así como la identidad individual distingue a nuestra
individualidad de hoy de los peruanos en la diáspora. La identidad colectiva es
a la vez común y diferente según el contexto. En la diáspora es “nosotros los
peruanos”, y actúa como un móvil contextual de solidaridad y son muchas las
identidades colectivas y algunas incluyen otras, pero hablamos de nosotros los
peruanos.
El sentimiento de peruanidad en
la diáspora es producto de la reconstrucción imaginaria con hondo contenido
emocional, juegan un rol preponderante las determinaciones estructurales, la percepción
que se tiene de las mismas y la atribución de nuestra identidad como individuos
por parte de los demás. La representación de lo peruano se articula a las
contradicciones entre el país de entrada con el país de origen. Esto se
visualiza claramente en los estereotipos: ser indio, ser cholo, ser blanco, ser negro, ser mestizo, son
estereotipos propios de la sociedad peruana que se diluyen; y lo mestizo se
convierte realmente en una etiqueta cultural.
La peruanidad es la identidad
imaginaria, simbólica, y se presenta como una red de identidades posibles y
virtuales, trasciende los límites nacionales extendiéndose simbólicamente a un
proceso de transculturación, la peruanidad redefine su dinámica social y está
marcada por la historia colectiva y sujeta a un cambio permanente.
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